Twitter Facebook Instagram

El pan en la pintura. Arte con mucha miga

Leonardo Da Vinci, Zurbarán, Velázquez, Goya, Manet, Monet, Dalí… Son algunos de los pintores que han plasmado el pan en sus obras, ya sea como alimento cotidiano o como objeto sagrado; como centro de sus obras, en el caso de los bodegones, o como elemento circunstancial. En cualquier caso, el pan está presente en el arte con la misma naturalidad que forma parte de nuestro día a día.

Encontramos el pan asociado a lo divino en los cuadros de temática religiosa, como alimento del espíritu. Especialmente en las representaciones de la Última Cena. Como hizo al final del Medievo el artista anónimo conocido como el Maestro de Amiens en ‘La última cena’, que se conserva en el Art Institute de Chicago. En ella, influido por la pintura de los Países Bajos, muestra el gusto por el detalle. En este caso, plasmado en los panecillos dispuestos en la mesa a la que están sentados Jesús y los apóstoles.

No mucho después nos encontramos con otra ‘Última Cena’. En este caso, probablemente la más conocida: la pintada por Leonardo Da Vinci y que podemos contemplar en el convento dominico de Santa María delle Grazie de Milán, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Este mural es considerado por los expertos como una de las mejores obras pictóricas del mundo. Desde luego es una de las más visitadas y una de las que más ha dado que hablar y sobre la que más se ha escrito. Que si San Juan es en realidad una mujer o que si Leonardo se autorretrató como San Judas Tadeo, el hecho es que el genio florentino se tomó su tiempo en concluir el mural encargado por el duque Ludovico Sforza. Y como no, los panecillos sobre la mesa no podían faltar…

En otra representación mucho más reciente de este episodio sagrado, la firmada por Salvador Dalí y conservada en la National Gallery de Washington, sólo hay un gran pan que, partido a la mitad, preside el centro de la mesa. En torno a ella, Jesús y los 12 apóstoles en una composición clásica, aunque la combinación de elementos iconográficos responde al juego mental del surrealismo, corriente en la que se inscribe el genio catalán. El torso desnudo que cobija el conjunto y que es un signo de protección divina dicen que presenta los rasgos corporales del propio pintor; también, que el rostro de Cristo muestra  las facciones de Gala; y que el mar del fondo es la Cala de Port Lligat en Cadaqués. Muy daliniano.

Numero-3-Hugo-en-el-refectorio-Zurbaran-1655
San Hugo en el Refectorio de los Cartujos – Francisco de Zurbarán

Un pintor que trató muchos asuntos de carácter religioso en sus cuadros fue Francisco de Zurbarán. Y en muchos de ellos el pan es protagonista. Como en ‘Fray Martín de Vizcaya dando pan a los pobres’, que forma parte de un conjunto de ocho pinturas que se conserva en el Monasterio de Guadalupe (Cáceres). La obra representa la caridad, uno de los ocho principios que debe cumplir todo aspirante a monje de Orden de los Jerónimos. También en ‘San Hugo en el Refectorio de los Cartujos’ (Museo de Bellas Artes de Sevilla), muchos dicen que su obra cumbre. En esta composición en la que Zurbarán nos sitúa frente a una vasta naturaleza destacan los matices del color, en este caso la variedad de blancos, y la calidad de los objetos que aparecen en la pintura, como es el caso de los panes. El maestro del claroscuro también hace gala de esta cualidad artística en ‘Cena en Emaús’ (Museo Nacional de San Carlos, México), donde de nuevo el pan es el protagonista. En estos dos últimos muestra sus dotes para el bodegón.

Precisamente el pan aparece en las naturalezas muertas como alimento del cuerpo. Y uno de sus máximos exponentes es Luis Egidio Meléndez, quien consiguió pintar un pan que casi se puede tocar –y al que dan ganas de hincar el diente- en ‘Bodegón con ciruelas, brevas, pan, barrilete, jarra y otros recipientes’ o ‘Bodegón con plato de ciruelas, brevas y rosca de pan’, ambos en el Museo del Prado. Son sólo dos ejemplos de bodegones en los que aparece el pan y en los que destacó por la minuciosidad de los objetos representados.

número 2- Los tres músicos (Velázquez)
Los tres músicos – Velázquez

El pan está presente como elemento de la vida cotidiana en cuadros de carácter costumbrista, como en ‘Tres hombres a la mesa ( El almuerzo)’ (Museo del Hermitage). Pintado por Diego Velázquez en su primera etapa sevillana, muestra a tres hombres sentados a la mesa que representan las tres edades del hombre. Frente a ellos, en esta escena cotidiana, un plato de mejillones, un vaso de vino y varias piezas de pan. También hay tipos de la calle en su cuadro ‘Los tres músicos’ (Staatliche Museen de Berlín), donde aparecen de nuevo el pan y vino. Como en ‘El bebedor’ (Museo del Prado), de Francisco de Goya. Algún experto interpreta que el genio aragonés pudo inspirarse en la novela ‘El lazarillo de Tormes’, de ahí el bastón del amo ciego sobre las piernas del lazarillo, quien mira resignado su ración de pan y nabos que reposa delante de él.

Y si hablamos de obras cumbre, no podía faltar ‘Le Déjeuner sur l’herbe’ (Musée D’Orsay, París), de Édouard Manet. Fue una de las 4.000 obras rechazadas en 1863 por el jurado del Salón de París, que descartó así toda tendencia progresista. Y la obra pasó a engrosar el Salon des Refusés, paralelo al oficial. Algunos críticos llegaron a calificar de “absurda” la composición de Manet, que, quizá por lo rompedora que fue en su época, para muchos otros representa el comienzo de la pintura moderna. Y allí, en el bodegón situado en una de las esquinas, está el pan, junto a un cesto con frutas y las ropas de una joven desnuda que mira directamente al espectador. Ella aparece sentada al lado de dos caballeros que, elegantemente vestidos a la moda de la época, conversan como si tal cosa, ignorando la desnudez de la joven. Detrás, otra figura de mujer, con un vestido ligero, toma un baño. Y es que, en realidad, Manet presentó al Salón la obra bajo el título de ‘Le bain’.

Numero-4-manet-le-dejeuner-sur-lherbe
Le Déjeuner sur l’herbe – Édouard Manet

Esta obra ‘rechazada’ inspiró a otros autores. Entre las versiones destaca la de Claude Monet, quien pintó años más tarde, en 1868, otro almuerzo en la hierba que se puede contemplar en el Museo Pouchkine de Moscú. Tampoco falta el pan en ‘Le Déjeuner’ (Städelsches Kunstinstitut de Francfort), como una de las viandas preparadas sobre la mesa.

Y por citar una obra más moderna, de 1935, destacaremos ‘Día de Acción de Gracias’ (Art Institute de Chicago), de la estadounidense Doris Lee. Aquí aparece el pan en una escena tan cotidiana como la preparación de la comida para la fiesta de Acción de Gracias, junto con la mujer que amasa un pastel, otra que mete el pavo en el horno o la niña que da migas a un gato. En fin, como decíamos, el pan forma parte de nuestro día a día, y por eso está presente en la obra de muchos pintores. Aunque, por cuestión de espacio, no podamos citarlos a todos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tenemos masa madre, harinas de calidad y cookies propias y de terceros. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de uso de cookies. ¡Gracias!

Aceptar